La transformación del Sector Eléctrico Argentino
Luego de que Argentina experimentara un fuerte proceso inflacionario
en el contexto de una recesión económica, junto con
una profunda crisis energética, a principios de la década
del '90, se produjo una importante transformación en el sector
energético argentino. Esta transformación, apoyada
en nuevas reglas de juego de la economía, consistió
en la definición de un marco normativo caracterizado por
una participación creciente de la actividad privada en el
sector.
La prestación directa de los servicios públicos a
cargo de empresas estatales dejó de ser eficiente por la
crisis de financiación del Estado, el alto déficit
operativo de las empresas, su mala administración y gerenciación.
Por otro lado, el viejo modelo concentraba en la empresa estatal
tanto la prestación del servicio como el poder de regulación
y control de éste.
Con el afán de solucionar estos problemas, en el año
1989 se sancionó la Ley Nº 23.696 (Reforma del Estado)
y la Nº 23.697 (Emergencia económica), con las que el
Estado abandona su rol como prestador de servicios y toma un rol
solamente como diseñador de políticas y regulador
de actividades.
Los objetivos generales que se persiguieron con la transformación
del sector energético, fueron los siguientes:
Supresión de los monopolios estatales
Liberación de precios
Introducción de reglas de mercado donde ello fuera
posible y limitación de la regulación sólo
donde fuera necesaria
Eliminación de la planificación normativa
centralizada
Transferencia al sector privado de los activos del Estado
y de los riesgos comerciales y financieros del negocio energético
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En el caso puntual del sector eléctrico, el punto de inflexión
de la política del sector lo constituyó la Ley Nº
24.065, sancionada en 1992, la cual junto con la Ley Nº 15.336
del año 1960, conforman el "Marco Regulatorio Eléctrico"
a nivel federal.
El objetivo de la transformación de este sector fue lograr
el desarrollo de una industria eléctrica sólida, capaz
de asegurar a la sociedad energía suficiente a los mejores
precios, compatible con la calidad de servicio y con los costos
de mantener y expandir la actividad.
Las principales características que tuvo la transformación del
sector eléctrico, fueron:
La introducción del mayor grado de competencia
posible en la industria eléctrica, a los efectos de
lograr a través de ella una mayor eficiencia
En ese contexto, las tarifas a usuarios finales debían
cumplir con las siguientes premisas:
» Proveer ingresos suficientes para cubrir los costos
de prestación del servicio y una tasa de retorno
razonable
» Incluir el precio de compra de energía y
potencia a escala mayorista como un costo
» Asegurar el mínimo costo a los usuarios,
compatible con la seguridad de abastecimiento
» Evitar subsidios cruzados entre distintos tipos
de usuarios
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Con el nuevo Marco Regulatorio en vigencia el Estado comenzó a
privatizar gran parte de la prestación del servicio eléctrico y
pasó a ejercer primordialmente una función reguladora y orientadora
para que las nuevas actividades se desarrollen en forma armónica
y equilibrada.
Características de la Nueva Regulación Eléctrica
La Ley Nº 24.065 planteó un nuevo esquema de Mercado
donde la cadena eléctrica se dividió en tres etapas:
Generación (empresas que producen la energía
eléctrica)
Transporte (empresas que transportan la energía desde
el lugar en que se genera hasta los centros de consumo)
Distribución (empresas que distribuyen la energía
a los distintos tipos de usuarios)
Las bases en que se fundamenta el nuevo funcionamiento del sector
son la conformación de:
I) Un mercado de energía eléctrica
II) Un sistema de establecimiento de precios
III) Un administrador de dicho mercado
El Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) es el ámbito en el cual convergen
la oferta y la demanda, donde el precio de la energía se definía
como el costo marginal de la última máquina que era requerida para
abastecer a dicha demanda. Dicho valor, representa el precio que
los compradores están dispuestos a pagar por sus requerimientos
de energía.
En el MEM se diferencian dos aspectos: la prestación y la recepción
del servicio. La prestación está compuesta por tres segmentos de
actividad: Generación, Transporte y Distribución (industria eléctrica).
La recepción del servicio está integrada por los Grandes Usuarios,
que compran en forma directa al MEM, y los Medianos y Pequeños Clientes
que adquieren su energía y potencia a través de las empresas Distribuidoras.
A partir de la entrada en vigencia de la Ley Nº 24.065 en el año
1992, la Generación de energía eléctrica es considerada como una
actividad de "Interés General", donde se plantea la libre competencia,
es decir los precios menores desplazan a los más altos. La Generación
está abierta a todos los que deseen efectuar inversiones de riesgo.
El Transporte es una actividad definida por la regulación
vigente como "Servicio Público". Esta actividad
se encuentra relevada de la obligación de realizar ampliaciones
en sus sistemas, pero puede participar en nuevas construcciones.
Los recursos económicos para cubrir los costos de explotación
y de expansión del equipamiento del sistema de transporte,
provienen de la demanda.
Los transportistas tienen la obligación de permitir el acceso
indiscriminado a sus sistemas, en la medida que exista capacidad
de transporte remanente; y estos no pueden intervenir en la compra
ni en la venta de energía eléctrica.
La Distribución, al igual que el Transporte, ha sido definida
como "Servicio Público".
El Distribuidor debe cumplir con las obligaciones que le impone
su contrato de concesión y tiene la obligación de
abastecer la demanda en su área de concesión en condiciones
de calidad y precio establecidos, para lo cual deben realizar todas
las ampliaciones necesarias en sus sistemas.
El MEM dispone de diferentes mecanismos que producen señales
económicas, las cuales contribuyen a aumentar la eficiencia
del sector eléctrico. Entre ellos se encuentran:
El precio de la energía surge como convergencia de
la oferta y la demanda, y tiene un papel importante como mecanismo
de asignación de los recursos.
El precio de referencia de mercado se fija en un punto geográfico
que representa el "baricentro" de la demanda (en la práctica
el nodo Ezeiza). El precio de mercado en las diferentes zonas del
país se determina afectando el precio de referencia por el
precio de nodo de la zona en cuestión.
Los servicios adicionales que se brindan en el MEM se remuneran
a quienes los prestan y se cobran a quienes los reciben (ej. Contrato
de potencia firme).
El riesgo de no abastecer la demanda implica un precio adicional
(costo de falla) que induce a aumentar la oferta.
La regulación del MEM constituye tres mercados diferentes
en los cuales se puede realizar la comercialización de la
energía:
» Mercado Spot: Donde los precios varían
en forma horaria de acuerdo a los requisitos y la disponibilidad
de equipos que haya en cada momento. En este mercado se establece
el precio real de la energía y la potencia.
El ingreso de máquinas para abastecer la demanda se hace
con un orden prioritario de costos, es decir entran en servicio
primero las más económicas hasta cubrir la potencia
demandada más la reserva necesaria; y las máquinas
que no son requeridas quedan sin operar. En este mercado existe
en el precio un reconocimiento para la energía en función
de los costos variables (combustible) y otro para la potencia
en función de los costos fijos.
» Mercado Estacional: Se definen dos períodos
semestrales en el año, con fechas de comienzo el 1º
de mayo y 1º de noviembre respectivamente, relacionados con
los períodos de hidraulicidad. En cada período estacional
se define un precio estabilizado de la energía, en función
de lo que se espera costará durante esos seis meses. Estos
precios estabilizados poseen una actualización trimestral.
Los distribuidores pueden comprar a ese precio y las diferencias
que surgen con respecto a los precios reales que se produjeron
en el Mercado Spot se cargan en el trimestre siguiente.
» Mercado a Término: Se establece entre generador
y distribuidor o gran usuario con la firma de un contrato.
En el contrato se determinan las condiciones de entrega de la
energía y de pago, como así también los plazos
de vigencia y los resarcimientos de una de las partes por incumplimiento
de la otra. Los precios se pactan libremente.
Creación de CAMMESA
Para lograr una administración del Mercado idónea,
que mantenga una equidistancia entre los agentes que actúan
dentro de él, fue necesario crear una empresa que tuviera
esa finalidad. Esta empresa es la Compañía Administradora
del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA)
que tomó a su cargo la responsabilidad de la administración
del mercado a partir del 1º de agosto de 1992.
El objetivo principal de CAMMESA es el despacho técnico y
económico del SADI, organizando el abastecimiento de la demanda
al mínimo costo compatible con el volumen y la calidad de
la oferta energética disponible.
CAMMESA es una empresa de gestión privada con propósitos
públicos y funciona como entidad sin fines de lucro. Su paquete
accionario está compuesto del 80% por agentes del MEM (20%
Generadores, 20% Transportistas, 20% Distribuidores y 20% Grandes
Usuarios) y el 20% restante está en poder del ministerio
público que asume la representación del interés
general y de los pequeños usuarios.
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